Por
el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresa.
Mi
buen amigo el heraldista Turon Tudor-Radu me avisa de una curiosa
circunstancia, cual es la del sorprendente uso, por parte de un prócer político
y diplomático rumano, de las conocidas armerías del Solar de Tejada. El hecho
es tan atractivo, que no podemos menos de dedicarle algunos comentarios. Máxime
cuando, además, compartimos el día de nuestro nacimiento y la vinculación al
antiguo Solar de Tejada.
Nuestro
personaje fue el célebre diplomático de entreguerras Nicolae Titulescu(1). Hijo
de un abogado y vástago de una famosa familia de boyardos de Oltenia, nació en
Craiova el 4 de marzo de 1882, y allí cursó el bachillerato. Después estudió
leyes en París, y se doctoró en la Sorbona. Desde 1905 fue profesor de la
Universidad de Iasi, y desde 1907 lo fue de la de Bucarest. En aquél mismo año
contrajo matrimonio con Ecaterina Burca.
En
1912 comenzó su carrera en la política, tras afiliarse al Partido
Conservador-Demócrata, y ser elegido diputado. Cinco años después, en 1917, fue
nombrado ministro de Finanzas en el gabinete Bratianu. En el estío de 1918
constituyó en París, junto a otras personalidades, el Comité Nacional Rumano,
con el fin de promover la unidad nacional rumana, objetivo logrado un año más
tarde, tras el desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro, a costa de Hungría.
Así, entre ambas guerras mundiales, la Transilvania y la Besarabia se unión a
la Gran Rumanía.
Entre
los años 1927 y 1936, Titulescu fue ministro de Relaciones Exteriores en dos
gabinetes (1927-1928 y 1932-1936), con el Partido Nacional Liberal, destacando
por su política filofrancesa, la defensa de la seguridad colectiva europea, y
el desarrollo de la Sociedad de Naciones, en la que fue representante
permanente de Rumanía desde 1921.
Presidió
la Sociedad de Naciones –establecida entonces en Ginebra, y precedente directo
de la Organización de las Naciones Unidas- en dos ocasiones, en 1930 y en 1931.
Dedicado al mantenimiento de la paz, en Rumanía no fueron bien entendidas sus
buenas relaciones con los comunistas rusos –quería contrarrestar el creciente
poderío de los nazis germanos, a los que era opuesto-, ni el reconocimiento del
gobierno dictatorial de Stalin, ni tampoco sus simpatías por el bando rojo, en
la guerra de España. Procuró también una alianza entre Francia y la Rusia soviética,
pero no lo logró. También fracasó en la crisis de la Manchuria china, invadida
por Japón en 1932; y en la crisis de la invasión italiana de Etiopía, en 1936.
Estas
tensiones desembocaron en la destitución de Titulescu por decisión del propio
monarca rumano, Carol II, en agosto de 1936. Además, se vio obligado a salir
del país, estableciéndose en Suiza, y más tarde en Francia. En aquella etapa de
su vida, Titulescu continuó luchando por sus ideales y sus proyectos para
preservar la paz en Europa, mediante conferencias y escritos. Mientras tanto,
Rumanía se acercó al Gobierno alemán, y Titulescu denunció el régimen fascista
que se había establecido en su país.
Todos
los temores de Titulescu, y todos sus proyectos de paz, se dieron al traste
cuando el 1º de septiembre de 1939 los alemanes invadieron Polonia y franceses
e ingleses les declararon la guerra. Empezaba así la Segunda Guerra Mundial, y
mientras se combatía por toda Europa Titulescu se vio aquejado de una larga y
dolorosa enfermedad que le llevó al sepulcro en Cannes (en la Francia del
régimen colaboracionista de Vichy) el 17 de marzo de 1941. Solo contaba 59 años
de edad. Solo en 1992, después de la liberación del régimen comunista de los
Ceaucescu, pudieron ser llevados sus restos a enterrar al cementerio de la
iglesia de San Nicolás, en Brasov (Rumanía).
Dejó
numerosos escritos y publicaciones, y recibió muchas e importantes
condecoraciones.
En
cuanto al sorprendente uso del escudo de armas del Solar de Tejada riojano, que
es lo que motiva este artículo, poco podemos decir, puesto que no nos ha sido
posible dar una explicación a este hecho.
Ciertamente,
es indudable que, en numerosos documentos diplomáticos rumanos, del tiempo en
que Titulescu fue ministro de Asuntos Exteriores, consta puesto un sello de
lacre con tales armerías, junto a su firma, como es de uso diplomático. Esos
documentos se conservan numerosos en los archivos nacionales de Rumanía, pero
también en otros muchos archivos cancillerescos repartidos por toda Europa,
sobre documentos diplomáticos suscritos y sellados por Titulescu. Ese sello,
con esas armerías tejadinas, ha sido copiado por nuestro amigo Tudor-Radu, y es
el que ilustra estas breves líneas.
Sabemos
que Nicolae Titulescu no tenía ningún vínculo con España, y también que nunca
perteneció al Solar de Tejada. Tampoco podemos atribuir el uso de esas armerías
por alguna manera de iure uxoris, pues su esposa Ecaterina tampoco tuvo sangre
hispana.
Notemos,
también, que, en su palacete de Bucarest, edificio de estilo afrancesado que
aún se conserva (Kiseleff Pavel Dimitrievici 47, sector 1), la decoración
emblemática solo acoge la cifra de su apellido, la T. Tampoco hay rastro de tal
emblema heráldico ni sobre su tumba, ni en otra parte alguna.
Así
pues, ¿por qué razón las usó aquel ministro y diplomático rumano? ¿Por qué las
armerías tejadinas fueron repartidas por todo el mundo, de la mano de
Titulescu?
Tras
examinar todas las posibilidades, y sin haber hallado mención alguna de este
sello en los escritos del propio Titulescu, nos vemos obligados a suponer que
el ministro y diplomático usó de esas armerías porque, en medio de
circunstancias que ignoramos, algún amigo le regaló ese sello armoriado, y a él
le gustó y decidió usarlo en su desempeño político y diplomático.
Es
decir, que aquel gran prócer rumano tomó prestadas las armas de Tejada, y a
cambio las difundió por toda Europa y por todo el mundo.
Publicado
por La Mesa de los Notables.