EXPOSICIÓN : MUSEO CASA DE LA MONEDA DEL 27 DE ABRIL AL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018. INAUGURACIÓN 26 DE ABRIL DE 2018.
Desde su florecimiento como expresión artística en el Renacimiento, la medalla, gracias a su perdurabilidad y facilidad de transporte, se convirtió en un excelente soporte propagandístico para las diferentes monarquías europeas y, aunque en menor medida que en otros países, España no fue ajena a ese hecho.
A las 19.00 horas de hoy, 26 de abril de 2018, se
inaugura la exposición "Imago Regis, 500 años de la Monarquía Española en
Medalla". La misma permanecerá, abierta al público, desde mañana día 27 hasta el 1 de septiembre de 2018, en los
salones del Museo Casa de la Moneda, calle Doctor Esquerdo 36 de Madrid.
Muchos de los hechos más
importantes de cada reinado, desde la proclamación y jura del monarca hasta su
muerte, los compromisos, bodas y nacimientos en la Familia Real, las visitas y
viajes institucionales de los soberanos, su apoyo a Academias, Reales
Sociedades y otras instituciones de carácter cultural y social, así como los
premios y reales órdenes que conceden han quedado reflejados en la medalla, un
soporte que ha servido igualmente para resaltar la figura del rey en los
grandes hechos de armas, su papel en los tratados de paz y, en las épocas más
recientes, la implantación de la Monarquía Constitucional.
A lo largo de los cuatrocientos
años largos que cubre el recorrido cronológico de esta muestra, existen tres
grandes paréntesis en el discurrir de la historia de la Monarquía Española: la
Guerra de Sucesión, la Guerra de la Independencia y el Sexenio Democrático,
periodos de inestabilidad, que, en el caso de los dos primeros, fueron narrados
en las medallas acuñadas por los países extranjeros contendientes. Y es
precisamente esta medalla extranjera la que protagoniza el último ámbito de la exposición
“La medalla del otro”, en el que se recogen diversos hechos históricos vistos
desde la perspectiva de los entonces adversarios de España y que nos sirven
para completar un panorama de la historia de nuestra Monarquía, y por extensión
de nuestra Historia, que de otro modo quedaría incompleto.
La medalla se define como un
objeto con apariencia de moneda, acuñado o fundido, cuyo carácter es meramente
estético, sin ningún valor monetario. Las medallas suelen estar realizadas por
instituciones o poderes públicos, pero también por particulares, con motivos
conmemorativos, religiosos, honoríficos, etc… Tal y como la entendemos hoy en
día la medalla “histórica” aparece a finales de la Edad Media y florece durante
el Renacimiento europeo, constituyendo hasta el siglo XIX una de las
manifestaciones monetiformes más importantes.
Al igual que la moneda, la
medalla tiene dos caras y es habitual que en el anverso aparezca el retrato de
un personaje, mientras que el reverso lo ocupa una escena relativa al acontecimiento
que se quiere resaltar, o una inscripción que lo menciona. Todo en conjunto
compone un diseño que busca transmitir un mensaje propagandístico, que es el
fin último de su producción.
El arte de la medalla requiere
de una gran pericia en el grabado y de una depurada técnica que, en parte,
coincide con las técnicas de fabricación de la moneda, lo que explica la
estrecha relación entre algunas casas de moneda y sus grabadores con su
fabricación. Por regla general, el tamaño más grande de la medalla respecto del
de las monedas, así como el propio concepto del objeto, confieren al artista
más libertad y margen de maniobra para desarrollar su trabajo, lo que redunda
en el resultado final. Todos estos aspectos han influido en que la medallística
sea una disciplina que a lo largo de la historia ha atraído a grandes artistas
de otras artes “mayores” como la escultura o la arquitectura.
Del mismo modo este mayor
componente artístico de la medalla da más protagonismo a los grabadores de
cuños, cuya firma o marca aparece en buena parte de los ejemplares, de manera
más o menos discreta, en lugares como la zona inferior de la moneda, el corte
del brazo de un busto, en el borde del cuello… aunque, en ocasiones, esta ocupe
un lugar más señalado dentro del diseño. Una fórmula habitual es que los
artistas firmen su medalla con sus iniciales, la abreviatura de su nombre o
incluso su nombre completo, seguido de la letra F, por la palabra latina Fecit
(lo hizo).
Junto a las medallas propiamente
dichas, encontramos los “jetones” o gitones, palabra con la que se designa a
una ficha o moneda sin valor de cuenta que comparte por tanto con las medallas
una función propagandística o conmemorativa. La tradición ha hecho que se
aplique el nombre de “jetón” a las medallas de menor tamaño y calidad,
normalmente fabricadas en metales como cobre o latón, aunque a veces también en
plata. Su emisión solía depender de instituciones de carácter local, como las
cámaras de cuentas municipales, y son especialmente abundantes en Francia y los
Países Bajos. Los temas que se repiten más habitualmente en estas emisiones
son, además de los relacionados con las finanzas locales, las proclamaciones
reales, los matrimonios o los tratados de paz.
Para más información sobre la
exposición: http://www.museocasadelamoneda.es/
Publicado por La Mesa de los Notables.