miércoles, 5 de septiembre de 2018

MARCAS DE PROPIEDAD EN LOS LIBROS: EXLIBRIS, SUPERLIBRIS, EXDONO Y MARCAS DE FUEGO.

La entrada de hoy la queremos dedicar a reproducir un interesante artículo de doña Lía González  publicado el día 26 de mayo de 2016 en https://www.bibliopos.es/. Web dedicada principalmente a buscar, seleccionar y difundir recursos, noticias, artículos y bibliografía de interés bibliotecario.

MARCAS DE PROPIEDAD EN LOS LIBROS: EXLIBRIS, SUPERLIBRIS, EXDONO Y MARCAS DE FUEGO.
Lía González.

A lo largo de los siglos se han utilizado distintas formas para indicar la propiedad personal de un libro. Algunas de estas marcas de propiedad son las que se detallan a continuación: Exlibris, superlibris, exdono y marcas de fuego.
Exlibris (“de entre los libros”),  superlibris (“sobre los libros”), exdono (“procedente de una donación”) y marcas de fuego son términos que hacen referencia a un mismo concepto: la marca de propiedad inscrita, grabada o pegada en un libro. La diferencia fundamental entre unos y otros se encuentra en cómo y en qué parte del libro se aplican.

Exlibris.
El exlibris es una marca de propiedad que consiste en un grabado, etiqueta o sello, colocado en la cara interior de las cubiertas de los libros (tanto manuscritos como impresos) o en las hojas de guarda y que contiene el nombre del dueño del ejemplar o de la biblioteca propietaria. A veces el nombre del propietario va precedido de la expresión latina ex libris, ex bibliotheca u otras variantes, para indicar que “este libro pertenece a…”
Además de la leyenda que acredita la pertenencia del libro, el exlibris suele incorporar imágenes, contenido alegórico, heráldico o ser un sello de tinta. En ocasiones también incluyen la signatura topográfica que se le dio a un ejemplar determinado.


De izquierda a derecha: exlibris y superlibris en libro genealógico de Heinrick Balthasar Keil.


Superlibris.
Cuando la marca de propiedad se aplica en la encuadernación del libro, recibe el nombre de Superlibris.
Los Superlibris suelen ser de dos tipos:
          Figurativos cuando incorporan motivos de carácter simbólico o el escudo heráldico del propietario del libro;
          Textuales si incluyen frases cortas en la cubierta o las iniciales del propietario en la parte inferior del lomo.
Normalmente están hechos en relieve sobre encuadernaciones de cuero, con estampaciones de pan de oro y en ocasiones con una aplicación de tela y bordados, cosida a mano.
El superlibris, al incorporarse a la encuadernación, identifica a quién fue el propietario del ejemplar en un determinado momento que no siempre coincide con el que fuera el propietario de la edición original.

Exdono.
El exdono es una marca de propiedad, variante de las anteriores y se utiliza cuando se quiere dejar constancia de que un libro ha sido donado a una biblioteca o a cualquier otra institución. La inscripción exdono precede al nombre de la persona que dona el libro y se incorpora al mismo, cuando la institución recibe la donación.
Puede tratarse de una marca grabada al encuadernar, manuscrita por el donante, una etiqueta impresa y pegada en el libro y a veces, incorpora además un exlibris. Su ubicación más habitual es la contraportada del libro, en la página de guarda, en la portadilla y más raramente, en la portada.
Por lo general el exdono identifica al donante propietario de los libros pero en algunas ocasiones, si la donación es de carácter monetario, se inscribe el nombre del donante en los libros, en su honor, aunque estos no le hubieran pertenecido.



De izquierda a derecha: exdomo impreso y  exdomo manustrito que incorpora un exlibris.


Marcas de fuego.
Una marca de fuego es una señal carbonizada situada en uno o varios cantos de un libro, resultado de colocar un hierro al rojo vivo con la forma de una figura, letra, sigla, sello, nombre, escudo o insignia, con el fin de identificar la procedencia del libro o al dueño de este.
Esta práctica, surgió durante el Virreinato de la Nueva España hacia la segunda mitad del siglo XVI, siendo utilizada fundamentalmente por las bibliotecas monacales y de instituciones religiosas que querían preservar sus libros del robo. Aunque en menor medida, este tipo de marcas también fue utilizado por particulares.
La clasificación de marcas de fuego más común distingue:
     Marcas epigráficas: siempre que la marca de fuego contenga palabras, abreviaturas, monogramas, anagramas e iniciales.
        Marcas figurativas: si la marca de fuego representa animales, objetos, figuras humanas, escudos heráldicos, emblemas o sellos.
A través del Catálogo Colectivo de Marcas de Fuego, proyecto cooperativo de varias bibliotecas de universidades de Mexico, se pueden consultar libros marcados y las descripciones de sus marcas de fuego, lo que permite identificar la procedencia de estos libros antiguos.

Marca de fuego en el canto inferior de un libro. En este caso representa a las 4 ruedas con agudos clavos y pequeñas sierras dentadas con la que fue martirizada Santa Catalina ( www. marcasdefuego.buap.mx).

Fuente:
Catálogo colectivo de marcas de fuego: www.marcasdefuego.buap.mx


Publicado por La Mesa de los Notables.