Antes de la media
tarde del pasado sábado, un nutrido grupo de personas uniformadas y
condecoradas entraron en la Iglesia de Santa Lucía de Santander para asistir a
un particular evento. Y es que un año más la parroquia santanderina fue testigo
de la Ceremonia de Ingreso de nuevos miembros en el Ilustre Cuerpo de
Hijosdalgo de la Montaña y Antiguos Solares de Cantabria, haciéndola coincidir
con la celebración del día de su patrona, Nuestra Señora de la Bien Aparecida.
Un total de trece
nuevos miembros, nueve caballeros y cuatro damas, juraron lealtad al Rey y se
comprometieron a defender la Patria y sus tradiciones. Durante el acto
estuvieron acompañados de numerosos invitados, autoridades, personajes
relevantes de la Comunidad Autónoma de Cantabria, así como, de los
representantes de la mayoría de las Órdenes de Caballería y Asociaciones e
Instituciones Nobiliarias de toda España.
Entre las
autoridades y representando al Gobierno Regional estuvo presente don Iñigo Claramunt, director del Centro de
Estudios de la Administración Regional de Cantabria, por parte del Ayuntamiento
de Santander asistieron el concejal de Economía y Hacienda, don Victoriano
González Huergo y el concejal de Patrimonio, don Javier Ceruti. Junto a ellos
asistieron el delegado de Defensa de Cantabria, coronel don Emiliano Blanco y
el comandante Naval de Santander,don Carlos Bonaplata.
Estuvieron representadas la Soberana Orden de Malta y
las Lugartenencias Occidental y Oriental de la Orden del Santo Sepulcro de
Jerusalén, como así mismo una veintena de las más importantes Ordenes y
Corporaciones Nobiliarias y Caballerescas de toda España como: la Orden
Constantiniana de San Jorge, la Real Maestranza de Zaragoza, el Real Estamento
de Gerona, la Real Cofradia de Nuestra Señora del Portillo, los Infanzones de
Illescas, el Real Cuerpo de la Nobleza de Asturias, los Caballeros Cubicularios
de Zamora, los Halconeros de España, los Doce Linajes de Soria, la Hermandad de
Caballeros de Santo Toribio de Liébana, la Maestranza de Castilla, los Infanzones
de Valencia, los Guisados de Cuenca y el Capítulo Hispanoamericano del Corpus
Christi de Toledo.
LA CEREMONIA.
El solemne acto
comenzó a las seis de la tarde, cuando los antiguos y nuevos caballeros y damas
se reunieron en Capítulo General para evaluar la trayectoria del Cuerpo y
planificar los objetivos previstos para el nuevo curso. A continuación, y
tras recibir a más de un centenar de invitados en la Iglesia de Santa Lucia, se
inició el acto con la bendición de las
Medallas Corporativas para continuar con el juramento de los nuevos miembros
que prometieron lealtad absoluta al Rey y a la Princesa de Asturias y se
comprometieron firmemente a la defensa de la Patria y de sus tradiciones.
Momentos antes,
mientras los invitados ocupaban los bancos traseros de la iglesia, los
neófitos, precedidos por el Maestro de Ceremonias, don Ignacio de Diego, y
escoltados por otros miembros de la Noble Junta de Gobierno como don Fenando
Martínez-Valle, doña Patricia de la Vega, don Joaquín Ruiz de Villa y goña Pilar Fernández-Cano desfilaban en dos
filas paralelas por la vía sacra del templo hasta situarse en sus respectivos
asientos.
Una vez todos
ubicados, el Secretario-General, don José María Martín-Abad, se dirigió al
atril, desde donde solicitó al decano-presidente, don Fernando Gómez de Olea,
que permitiera el comienzo de la ceremonia.
A continuación, se
fue llamando a cada uno de los aspirantes que se acercaban hasta el altar y,
arrodillados sobre un reclinatorio, respondieron al sacerdote celebrante, padre
don Miguel Fuentes, que les preguntaba solemnemente si juraban defender la
Religión Católica, la Patria y las Ordenanzas del Ilustre Cuerpo, que
principalmente se resumen en fidelidad al Rey y servicio permanentes a España y
a Cantabria, con el inmensurable apoyo de Nuestra Señora de la Bien Aparecida.
Tras este juramento, los nuevos Caballeros y Damas recibían la medalla y el
diploma acreditativo de su nueva condición.
Para finalizar, se procedió a la celebración de la santa
eucaristía que fue oficiada por el padre
Fuentes, quien pronunció una emotiva homilía en la que resaltó el
“inmenso valor de la compasión y de los valores cristianos con los enfermos y
con los desfavorecidos e instó a las instituciones a combatir las incipientes
desigualdades de la sociedad actual”
Todo el transcurso
de la ceremonia también contó con la presencia del Maestro Organista Óscar
Rodríguez Pastora que interpretó magistralmente un variado y significativo
repertorio de piezas, entre las que destacaron la Salve Marinera, el Himno
Nacional y el Himno de Cantabria.
Como colofón, todos
los caballeros y damas, acompañados de sus invitados, se trasladaron al Palacio
de la Magdalena donde se sirvió un cóctel de gala y donde el decano-presidente,
don Fernando Gómez de Olea, agradeció a todo el público su asistencia y
pronunció un discurso en el que destacó el carácter recio, noble y trabajador
de los cántabros y la grandeza, historia y tradición de la Montaña. Para ello,
repasó de manera excelentemente ilustrada la trayectoria de este pueblo, patria
de bravos guerreros desde la Reconquista y de insignes literatos, como Quevedo,
Calderón de la Barca o Menéndez y Pelayo, y cuna de valientes navegantes, que
sirvieron a la Corona en España y en las Indias, así como de aventureros y
emprendedores, personalizados, principalmente, en los jándalos y los indianos.
Por último, recordó
la obligación de todo hijodalgo de ser recto y bondadoso, como lo fueron sus
padres y antecesores y “porque es sabido desde tiempo inmemorial, que un rey
nobles puede hacer pero un hidalgo solo lo hace Dios y el tiempo”.
Para finalizar, se
procedió a brindar por Cantabria, por España y por el Rey, continuando el resto
de la velada en un distendido, agradable y entrañable ambiente familiar.
EL ILUSTRE CUERPO DE
HIJOSDALGO DE LA MONTAÑA Y ANTIGUOS SOLARES DE CANTABRIA.
Como nuestros
habituales conocen, el Ilustre Cuerpo de Hijosdalgo de la Montaña y Antiguos
Solares de Cantabria (ICHMASC) es una prestigiosa y discreta corporación
nobiliaria, cultural y filantrópica que lleva casi una década forjándose con el
objetivo de reunir en su seno a todos los nobles vinculados a Cantabria. Una gran parte de los linajes cántabros más
destacados están debidamente
representados en la corporación, entre los cabe destacar: los De la Vega, los
Castañeda, los Villa, los Barreda, los Diego-Madrazo, los Velarde, los Miranda,
o los Terán.
El emblema del
Ilustre Cuerpo es una cruz floreteada,
es decir con sus brazos terminados en flores de lis, sobre la cual se sitúan
dos espadas en aspa apuntando hacia arriba. La misma quiere simbolizar la fe
cristiana junto al coraje y a la valentía para derrotar a cualquier enemigo sin
violencia, sino con el poder de la paz. Está diseñada en oro al ser el metal
asociado, por antonomasia, a la nobleza y a la pureza de sangre de los
hijosdalgoque desde tiempos inmemoriales han poblado los territorios de
Cantabria y de la Montaña.
Publicado por La
Mesa de los Notables.