Alejandro Riestra Martínez.
El servicio aquella tarde transcurría lento, tenía ese
ritmo extraño entre la vigilia serena y la rutina que adormece. La mesa estaba
cubierta de partes, órdenes y carpetas que parecían multiplicarse por
generación espontánea, el teléfono apenas sonaba y los pasillos parecían
dormitar.
Cuando las horas empezaban a pesar, saqué el
smartphone quizá para leer el correo o mirar el WhatsApp, no buscaba evasión en
redes, ni titulares de prensa, y sin saber muy bien el cómo ni por qué entré en
Chat GPT y tecleé “Hidalguía de los Riestra”.
El asistente virtual respondió como si se tratase de
un escribano de otro tiempo desempolvando legajos de chancillerías, padrones y
crónicas de alianzas entre antiguas familias, labriegos en su mayoría, que
habían renunciado a determinadas exenciones para poder subsistir durante los
fríos inviernos.
La casona, de piedra recia y techumbres de tejas musgosas, no
era ni mucho menos lujosa ni tampoco grande, lo justo para albergar una familia con
seis hijos y las esposas de algunos de ellos con los primeros vástagos. En el
portal, donde colgaban los aperos se adivinaba lo que
parecían los cuarteles de un viejo escudo pintados en una osca madera negra,
que el paso de los años, y la carcoma, se encargó de arrebatarnos.
Sembraban maíz, atendían al ganado, cuidaban las
pomaradas donde recogían manzanas para hacerlas sidra... a pesar de que les sobraba el trabajo a menudo escaseaba el pan blanco, y aunque la hacienda no pasaba de unas pocas
heredades, la defendían con la terquedad del que defiende a una madre.
Los Riestra, originarios de Villayón, habían extendido
sus ramas por el concejo de Siero, el Cagigal y por cotos cercanos a la
capital. Los Vigil, con los que emparentaron mediante varios matrimonios, le
aportaban la solidez de un linaje que tenía viejas raigambres por las tierras
del Nalón y el Nora. Los Vigil hallaban en los Riestra un brazo firme, los
Riestra en los Vigil un refuerzo a su condición hidalga y el prestigio de una
de las casas más importantes de la Asturias de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Ostentaron pequeños cargos concejiles, algunos fueron
(y aún lo son) soldados, pero mayoritariamente fueron labradores, pequeños propietarios
del terruño donde se dejaban el alma para sacar a su familia adelante.
Chat GPT:
“De origen asturiano, con solar muy antiguo en el
concejo de Villayon y ramificaciones en Siero, Gijón o Pravia. Gozaron de
hidalguía notoria, esto significaba por lo general que no necesitaban probar
su nobleza, ya que era reconocida en la región donde habitaban,
aunque algunos acudieron a pleitear a las Reales Chancillerías de
Valladolid y Granada para que se les reconociese como hidalgos al trasladarse
fuera de su localidad, y a la Audiencia de la capital del Principado para pleitos
más domésticos. Varias de sus ramas emparentaron con otros linajes hidalgos
como los Vigil, los Hevia o los Valdés.”
Publicado por La Mesa de los Notables.