jueves, 30 de diciembre de 2021

“NADA NUEVO BAJO EL SOL”. FLAMANTES CONDECORADOS CON LA GRAN CRUZ DE CARLOS III.

Falerística.

Como imagino, todos nuestros lectores conocerán ya que el Gobierno ha premiado con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, a un número importante de personalidades que son, o han sido, relevantes en el horizonte político de nuestro país.
Algunos, poco más o menos que se han rasgado las vestiduras  mientras que otros han elogiado al Ejecutivo  ya  que entre los mismos se encuentran el  que fuera, hasta no hace mucho, vicepresidente del Gobierno de nuestra Nación, don Pablo Iglesias, y el efímero exministro de Cultura y Deporte don Máxim Huerta.

Sin querer entrar a valorar el merecimiento de tal distinción, ni si se ajusta a mi propio criterio (que esto último quede claro), quisiera hacer hincapié sobre algunas cuestiones atinentes al mismo.

El vigente reglamento por el que se regula esta condecoración, R.D.1051/2002 del 11 de octubre del 2002, especifica que la misma es “la más alta distinción honorífica entre las órdenes civiles y tiene por objeto recompensar a los ciudadanos que, con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos, hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la nación".
Huelga pararnos a definir  que sería, a todas luces,  un servicio eminente y/ o extraordinario, ya que estoy seguro que nuestros habituales tienen en mente cuales podrían calificarse  como tales. Como, así mismo, sería estéril pensar que si estos altos ejecutivos de nuestro panorama político hubiesen realizado un servicio de este tipo o hubiesen influido, de una manera u otra, en las decisiones del Consejo de Ministros o etc, el Ejecutivo iba a desvelar el mismo saltándose el obligado secreto al que están sometidos al asistir a dichas reuniones.

Por lo tanto no sabemos con certeza si todos estos condecorados han realizado, o no, algún servicio meritorio o extraordinario que no haya trascendido a la ciudadanía por la importancia del mismo, atendiendo a la seguridad o a la estabilidad de nuestro país, o si por otro lado ya es un mérito en si mismo cargar con la responsabilidad de formar parte del equipo de gobierno de nuestro país, que pudiera ser.

Sea como fuera, y como preciso en el epígrafe de este artículo, “nada nuevo bajo el sol”. ¿Quién no conoce a alguien que, por alguna extraña razón, luzca determinada condecoración sin que el motivo de su concesión no nos haga sospechar de cierta iniquidad? o  ¿Cuántas de las mismas han estado amparadas en el batiburrillo que, en toda norma, se encuentra recogido en “todas y cuantas acciones, circunstancias o servicios sean considerados como meritorios a criterio de….”? Pues eso, si este hipotéticamente fuera el caso, nada nuevo bajo el sol. Y si son merecidas y sus servicios virtuosos, por cualquier circunstancia, no han trascendido lo suficiente: "chapeau".

Sin entrar en valoraciones personales solo desearles a todos que la luzcan con salud, como así lo llevan haciendo los demás (con ésta y otras condecoraciones) en los últimos tiempos.

Publicado por La Mesa de los Notables.